Buenos tiempos grises

(A mi amiga y su muerte que paso sin darme cuenta)

Recuerdo los momentos de paz a tu lado,

cuando solo compartíamos secretos mudos y callados,

sueños eternos sobre la nada en tiempos sosegados,

tu y yo compartiendo solo un presente sin ningún pasado.

Sin promesas, sin casa, sin un futuro posible,

sin las marcas de un dolor o una herida plausible,

disfrutando de la compañía de cuerpos asexuados,

sin tocarnos, sin molestarnos,  sin tampoco inquietarnos,

Viviendo en la compañía ausente de escritura,

cuando tu cuerpo no había pasado por aquella mordedura,

Y cuando las palabras no tenían intenciones,

Y mis deseos no te hacían proposiciones.

Recuerdo la mirada inocentemente ciega,

Y un poco de tu picardía teñida en acuarela,

cuando la indecencia apuntaba hacia otra parte,

y cuando resultaba impensable llegar a ser tu amante

Recuerdo cuando las risas opacaban los deseos,

Cuando tus besos y caricias no eran mis anhelos,

cuando tu boca nunca pronunció mi nombre,

y para ti, yo tampoco era el ideal de hombre.

Recuerdo que el sol nos abrigaba sin estorbarnos,

Y sobre el prado no llegamos ni a toparnos,

recuerdo cuando eros evitaba susurrarnos al oído,

ni la pasión ni el deseo nos habían confundido.

Recuerdo noches frías entre la brisa y el viento,

tu presencia y calidez aflorando en un encuentro,

calidez no envenenada, sencilla, renovada,

en besos de otro hombre, de quien estabas enamorada.

Recuerdo tu presencia sin ningún motivo o pretensión

recuerdo tu ternura hablando sin discriminación,

te recuerdo cada mes en el brillo de la luna,

cuando mis palabras en tu oído hacían su cuna

Más allá de la muerte y de que hayas desaparecido,

Tu recuerdo mudo, es a veces bienvenido,

Y aunque un poco me cause desazón,

enjaulé tu imagen en el desván de mi corazón.

John Jairo Ortiz López