Inauguración - De vuelta

Queridos lectores:

Retomo la publicación en este blog, que hasta ahora ha sido personal. La retomo en dos direcciones: la primera, con el fin de seguir mis publicaciones, que según parece, no tienen otro eco y espacio que este blog; la segunda, porque un gran amigo, -grande en realidad-, me ha maravillado con sus escritos y reflexiones y tengo el gran honor de compartirlo aquí en mi espacio.

Un abrazo para el gran Raúl Reina, Queen, y honrado contigo...

Esteban Ruiz Moreno


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De apología: dos meses de descanso. Hace un par de meses noté que, aparte de ser un pésimo escritor, estaba cansado de tantas cosas que no me quedaban ánimos para vituperarlas a todas. Ahora, por supuesto, menos aburrido: ciertamente más tolerante a mi propia verborragia –presa de la necesidad siempre lasciva de manosear teclado-, heme de vuelta, de a pocos; menos vergüenza, ya sabes lo que dicen de los mayas, y que podría ser el último año…

 No, todavía no sonrías.

Iba con lo de los mayas, una explicación –pensé-, en caso de que todavía te estén metiendo por los ojos pedorretadas mediáticas, histrionismo escatológico (“Comunicación social con énfasis en farándula apocalíptica”, dirán); pero nada, digamos que va en dos entregas. La de hoy pueda no tener nada que ver con los guatos aborígenes centroamericanos, pero no me salgas con el cuento de que te importa mucho.

Esta primera entrega, va de senilidad.

Hola! (Segundo hola, el otro venía tácito y con abrazo).

Andas también indignado con lo del Chelo De Castro, supongo, el que nos dijo a los Pastusos: "brutos" –de nuevo, como todo el tiempo en este país-.

¿Por qué?, digo, ¿por qué indignado?

 Cuántos libros leíste el último año?

Acá en Colombia leemos la tristísima cifra de menos de un libro por año, supongo que te ofendió que el costeño desconociera tu tremendo potencial lector, ese que te hace ejemplo para los niños de tu casa-ciudad-país; sí, es posible. Sufrago: tan pilos que somos todos los pastusos. Yo no conocí al primero, bueno, a vos.

A mí, la verdad, no me ofende. Las pedradas van de quien las tire, y mirá que De Castro es un anciano, ‘ta senil, como dicen acertadamente los más nuevos… Además, y acá viene lo más gracioso, que la mitad de sus genes son seguramente de ungulado equino (africanus asinus), digo, los costeños y sus amores clandestinos… Bueno, la cosa es que no me ofende porque la verdad hay mucha razón en sus palabras. Eso sí, como los genes asinus no se lo permitieron, olvidó decir que no es necesariamente la altura la que tiene a tanto pendejo habitando este faldón volcánico: TODA COLOMBIA ESTÁ LLENA de cretinos, he notado.

Vos no, por supuesto, hombre, nunca, si sos mi amigo y seguro jamás votarías por Samper de nuevo, cuidas los recursos naturales, respetas a los demás (el orden de las filas y esas cosas), no arrojas basura a la calle, te disculpas y enmiendas cuando la friegas, y sos de libros y no pierdes tiempo en reality shows; que si no sos inteligente al menos sos de lo mejor tipo que hay.

Yo digo cretinos, CRETINOS, de los que despotrican de equipos de fútbol para poner pan en la mesa de la casa, que abusan del poder del uniforme, que laburan en el gobierno porque besaron el saco escrotal adecuado, poco sirven y poco quieren servir; cretinos de esos es que hablo, que le pegan a la mujer sin razón (bueno, bueno, con razón también son cretinos y así no me matan las chicas), y que andan por allí disfrazados de profesionales de alguna carrera (como si difícil serlo fuera) creyéndose la última cortesana del lupanar porque pasaron las materias, comprando artículos robados y luego poniendo el grito en el cielo porque casi los apuñalan por robarles uno a ellos.

A mí lo que diga el viejo podrido ese, la verdad, no me importa. Pero no por mi consabido valegüevismo importaunculero en cuanto se refiere a la crítica y el vituperio, sino porque la verdad no me siento aludido. Mi ciudad me tiene aburrido por el exceso de animales de dos patas que la habitan, mi país tiene otros cuarenta y cinco millones de esos (más aburrimiento), y si vamos a ser sinceros, la Latinoamérica en pleno no es que marche mucho mejor. El mundo, querido, hace mucho tiempo que dejó de ser un lugar para los buenos. El centauro senil, digo yo, que mejor se busque un retiro provechoso, que del laburo seguro ya lo echaron por su acto inteligente y avasallador de injuria verbal mediática.

Vuelvo en breve con lo de los mayas.

Un abrazo. Agur!

Queen