Gay Victory! (Sin pleonasmo)
Cerón, el amigo mío
desde la infancia, sostenía (y creo que aún lo hace) que los homosexuales son
simples locos, “Como un loco puede creerse gallina o perro, o Napoleón, pues
hay locos que se creen que son mujeres” decía, y he visto con los años que lo
hacía con soberbia certeza.
Sin embargo, no sabía
por aquel entonces que el 17 de mayo de 1990 la OMS había retirado al
homosexualismo de su lista de enfermedades mentales (la verdad yo ni sabía que
figuraba en esa lista), la cosa –como la explica bien mi hermana, que por ser
mujer es más sensible e inteligente que este servidor-, es que si se les tomaba
por locos, los gay habrían venido a ser separados de sus labores, y su
comunidad sería realmente marginal hoy en día. Mejor dicho, piensa uno que por
pena, para no quitarles el pan de la mesa y quizá reconociendo que como
enfermedad el homosexualismo era una pandemia bien escondida entre todos los
miembros de la especie (y por ello un lío catastrófico para el sector salud),
pues se dejó de hablar del gay como un enfermo o un loco, y con ello se le
abrió las puertas para que junto a la mujer dominara el mundo y acompañara a
esta en su vendetta sangrienta y despiadada contra el género masculino
heterosexual y bárbaro.
Mi humilde posición
sugería hasta hace poco que el homosexualismo femenino es prácticamente una
bendición estética si se origina entre supermodelos, actrices de cine adulto,
sexy atletas y reinas de belleza; esa posición la mantengo. En cuanto al
homosexualismo masculino, pues consideraba que es una amenaza contra la especie
y puede curarse con un novenario de inyecciones de ananato de testosterona o
método John McLane, como acertadamente decidí llamar a ese humilde
descubrimiento de la observación y el buen juicio. También conservo esa
posición.
Sin embargo…
Démosle un giro a las
cosas y retomemos la inagotable problemática social, miro la televisión y me
encuentro hace poco con un cretino funcionario de gobierno (y valídese el
pleonasmo), que dice que su plan de acción “llevará al progreso a toda
Colombia”, y evitando como pude el vómito llegué a la consideración natural de
que NO EXISTE NADA que lleve al progreso a la actual humanidad COMO NO SEA el
control natal, todo lo demás son mentiras mediáticas, pañitos de agua tibia.
Seamos sinceros, el
planeta estaba diseñado para mil millones de humanos como máximo, hace unos
meses nació el que la OMS calcula es el humano número 7 millardos, ¡tenemos un
sobrecupo del 600%!
Éste misantropólogo
resolvió entonces hace poco –y acepto que de manera un poco tardía-, reunir la
comida y las ganas de comer (que tenía mucho de ambas y no lo había notado) y
perdonar definitivamente a los homosexuales, entregarles este round, que lo han
ganado con méritos.
A ver, decía yo que no soy
homofóbico (no le tengo temor alguno a maricón ninguno) pero que, la verdad, me
siento incómodo de estar rodeado por el tipo de marica que responde al familiar
apelativo de “loca”, ese que se pinta como mujer y exagera sus ademanes,
escucha a Paulina Rubio y sirve de payaso de chistes flojos a los demás; cierto
es también que considero muy peligroso a ese otro tipo de sodomita que esconde
sus oscuras perversiones detrás de la imagen del tipo normal y sólo sale a
flote en medio de una borrachera bíblica, cuando generalmente –ME HAN CONTADO-,
es muy tarde librarse de ellos. Básicamente: no me agrada saber que alguien
junto a mí se siente feliz de tener lesionado el final del intestino.
Argumentaba, para no herir susceptibilidades, que los homosexuales traerían
consigo la extinción de la especie, es evidente que no se pueden tener hijos
entre hombres; sostenía que la humanidad acepta tanto a los homosexuales que
finalmente sucumbirá a su patología, la extendería, y ese sería su fin. Y lo
otro, lo que nos atormenta a todos los hetero sobre los gays: que los modales,
el gusto por el baile, su sensiblería ridícula, la admiración a Ricky Martin,
la bronca contra el Soccer (¡carajo!), la música tecno…
(ver lista extendida en
el anexo)
¡Pero son la solución a
casi todos los problemas de la humanidad!
El profesor Desmond
Morris, en su “Mono Desnudo”, me abrió los ojos.
Como van las cosas, en
2150 el planeta entero tendrá la densidad demográfica de Manhattan, algo
terrible si se considera que en REALIDAD es la superpoblación la causante de la
contaminación, la escasez de recursos, alimento, suelo, agua, aire y ozono;
genera malestares sociales evidentes y origina las enfermedades con las que la
tierra intenta defenderse de nosotros, pero que nos encargamos de combatir tan
eficazmente.
Así las cosas, volverse
marica es ahora algo así como convertirse en el héroe salvador de la especie.
Eso sí, preferiblemente salir del clóset antes de haber engendrado, o si no se
corre el riesgo de ser un marica inútil (valídese por favor este nuevo
pleonasmo), de modo que, macho caballeroso que soy, doy el round –y quizá dudo
de seguir peleando-, a nuestros amigos los maricones, todos ellos, y quizá me
atreva incluso (naturalmente, predicando sin ánimo de aplicación) a promover el
mariquismo descontrolado y voraz, que se coma de una vez esta especie
infecciosa que podemos llegar a ser cuando, como hoy, hay de sobra los de
nosotros sobre el suelo!
Un abrazo heterosexual
in extremis,
Queen.
Anexo. Lista de
tormentos gay sobre los hétero:
* Uso de zapatos
naranja
* Uso de reloj de color
magenta o de su gama
* Admiración a Gloria
Trevi, Thalia, RBD
* Imitación de Shakira
* La música tecno
* Excesiva comprensión
de los sentimientos de las novias de uno
* Defensa de los derechos
humanos
* Desfiles y marchas
gay
* Los french poodle
* Tenencia de gatos
* Maledicencia sobre
los deportes decentes (MMA, Rugby, Lacrosse)
* Olor a culito de bebé
y muchas más!
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