Otras erratas
Otras erratas
Una propuesta de trabajo colectivo
Michel Sauval
Introducción
Los problemas que presentó la
traducción de los “Escritos” de Lacan al castellano podrían haber advertido a
los editores de la nueva colección de textos reunida bajo el título de
"Otros Escritos". Pero, como veremos, no parece haber sido el caso.
La recopilación más importante de
aquellos anteriores problemas fue la que hizo Marcelo Pasternac en aquél libro
de título tan explícito: "1236
errores, erratas, omisiones y discrepancias en los Escritos de Lacan en español"[1].
Gran parte de esas correcciones fueron tenidas en cuenta (aunque sin
agradecimientos o referencias a la labor de Pasternac) en la reedición
“revisada y corregida”[2]
del 2008, siempre a cargo de la editorial Siglo XXI.
En el caso de esta nueva colección de
escritos de Lacan, la editorial francesa es la misma (Seuil), pero la publicación
de la versión castellana pasó a manos de Paidós. El grueso de la traducción estuvo a cargo de
Graciela Esperanza y Guy Trobas. Sin embargo, las puntuales colaboraciones de
Silvia Tendlarz, Vicente Palomera, Margarita Alvarez, Juan Luis Delmont-Mauri,
Julieta Sucre y Antoni Vicens, todos ellos miembros de la AMP, junto a
Jacques-Alain Miller, dan cuenta de cierta responsabilidad institucional en
esta tarea[3].
De lo cual cabría esperar el mayor cuidado y rigurosidad.
Hay otra situación a tener en cuenta,
además, para esta edición. A diferencia de lo que ocurriera con la traducción
de los “Escritos”[4],
la mayoría de los textos incluidos en esta nueva recopilación ya fue objeto de algún
trabajo de traducción al castellano. Y en algunos casos, esa traducción fue motivo
de grandes discusiones. Por ejemplo, el famoso principio de la “Proposición….” de
octubre de 1967: “le psychanalyste ne
s’autorise que de lui-même”[5], y
la discusión sobre cómo traducir “de
lui-même”: o como “de él mismo” o como “de sí mismo”.
Vale decir, Graciela Esperanza
disponía de propuestas de traducción previas, lo cual resalta las elecciones
que ha tomado en cada caso, ya que esta traducción de “Otros Escritos” se
presenta con validación “oficial”[6] y,
por lo tanto, con pretensiones de definitiva.
Ahora bien, a medida que voy releyendo
estos textos de Lacan en estas nuevas ediciones (tanto la francesa como la
castellana), voy encontrando errores,
erratas, omisiones y discrepancias. No tengo disponibilidad para emprender una
corrección sistemática de todo el libro. Mi relectura de estos textos se
realiza en el orden y temporalidad que van generando mis lecturas, estudio,
clases, etc. Pero advertido ya de lo que ocurrió en su momento con los
“Escritos”, pensé que sería útil anotar y comentar los problemas que voy
encontrando.
Creo que esta es una tarea que podría
desarrollarse colectivamente, recopilando en un texto común los errores o
problemas que cada cual vaya detectando, con los correspondientes comentarios y
reflexiones.
En esa perspectiva, publicaremos en el
próximo número de Acheronta[7],
la primera versión, o primer avance de esta reseña de problemas, que luego iremos
ampliando en los sucesivos números. Quienes quieran participar pueden enviarme
sus colaboraciones, con los problemas de traducción que hayan detectado
Paso, entonces, a detallar los
primeros errores que llevo registrados
El principio de autorización
Comencemos entonces con el famoso
principio de autorización del analista, planteado en la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la
escuela”, y retomado en otras ocasiones, posteriormente.
Encontramos la frase de la “Proposición…”, en la página 261 de “Otros escritos”[8]
Encontramos la frase de la “Proposición…”, en la página 261 de “Otros escritos”[8]
· Página
261: “el psicoanalista no se autoriza
sino a sí mismo”
En francés: “le psychanalyste ne s’autorise que de lui-même” (página 243 de « Autres écrits »)
Este principio reaparece en la “Nota
Italiana”, en las siguientes páginas de “Otros escritos”:
·
Página
327: “El analista no se autoriza sino por sí mismo” (subrayado mío)
En francés es
« l’analyste de s’autorise que de lui-même » (página 307 de
« Autres écrits »)
· Página
328: “Aquello por lo que tiene que velar
es que, para autorizarse por sí mismo no haya sino analista” (subrayado mío)
En francés es
"Ce à quoi il a à veiller, c’est qu’à s’autoriser de lui-même il n’y ait
que de l’analyste » (página 307 de « Autres
écrits »).
·
Página
328: “Solo el analista, es decir no
cualquiera, se autoriza únicamente por
sí mismo”
En francés es « Seul
l'analyste, soit pas n'importe qui, ne s'autorise que de lui-même » (página 308 de « Autres écrits »)
·
Página 329: “El analista, al no autorizarse sino por sí mismo, pasa su falta
a los pasadores”
En francés es « L'analyste ne
s'autorisant que de lui-même, sa faute passe aux passeurs »
(página 309 de « Autres écrits »)
También en “Televisión”, en la siguiente página
de “Otros escritos”:
·
Página 557: “Profiero
“el analista solo se autoriza por sí mismo” “
En francés es « Je profère «
l'analyste ne s'autorise que de lui-même » » (página 531 de
« Autres écrits »)
Este principio de autorización fue planteado
por primera vez en el texto definitivo que tuvo la "Proposición del 9
de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela", publicado en
el primer número de Scilicet (en 1968). No aparece en la versión oral, es decir,
la que habría sido leída el 9 de octubre de 1967, que fue publicada recién en 1978,
en la colección “Analytica”, como
suplemento del número 13 de la revista Ornicar?[9].
Esta fórmula tuvo enormes
consecuencias en el campo del psicoanálisis: liberó radicalmente la práctica
analítica del corset de la autorización institucional y fue la estocada de
muerte a la “jerarquía” del didáctico y a la “garantía” de la genealogía de los
divanes. La amplitud de sus efectos se puso en evidencia cuando los mismos “lacanianos”,
llegada la hora de defender sus propias ortodoxias institucionales, consideraron
necesario restringir de algún modo ese planteo. El propio Lacan dio pie para
ello en un breve comentario de su seminario del 9 de abril de 1974, cuando señala
que las fórmulas de la sexuación podrían expresarse de un modo similar al
principio de autorización del analista: « l'être sexué ne s'autorise que de lui-même
», “el ser sexuado no se autoriza más
que de él mismo”, si se le agrega el complemento « et de quelques autres », “y de algunos otros” (subrayados míos),
que, según Lacan, podría “equilibrar” su decir anterior. No conozco otra
ocasión en que Lacan haya retomado o insistido en ese “equilibrio”[10],
pero fue suficiente para que en el ámbito lacaniano ese “complemento” quedará
“soldado” al principio, y la difusión habitual del mismo fuera tomando la forma
de un aforismo[11].
El comentario viene al caso porque,
más allá de la problemática de dicho principio, esta referencia viene a
confirmar que, en francés, la fórmula (tal como lo he señalado en cada caso con
las negritas) siempre contiene
1) La preposición “de”, y no las preposiciones “a”, o “par”, o “pour” (es decir, la preposición “de”, y no las preposiciones “a“, ni “por”, ni “para”) (y ello, tanto en la fórmula del principio como en la del “complemento” propuesto en abril del 74: “de algunos otros”)
2) La expresión “lui-même”, y no “soi-même” (es decir, “él mismo” y no “si mismo”)
1) La preposición “de”, y no las preposiciones “a”, o “par”, o “pour” (es decir, la preposición “de”, y no las preposiciones “a“, ni “por”, ni “para”) (y ello, tanto en la fórmula del principio como en la del “complemento” propuesto en abril del 74: “de algunos otros”)
2) La expresión “lui-même”, y no “soi-même” (es decir, “él mismo” y no “si mismo”)
Sin embargo, a pesar del carácter
"oficial" (es decir, con el aval de Miller) que tuvo la traducción de
Diana Rabinovich publicada en 1987: "El analista solo se autoriza a
partir de él mismo "[12]
(subrayado mío), por razones todavía no elucidadas, la misma fue progresiva y
sistemáticamente sustituida, tanto entre los seguidores como entre los enemigos
de Miller, por una variedad de otras expresiones[13]
- "El analista solo se
autoriza a/de/para/por…",
"El analista no se autoriza sino a/de/para/por…", etc. - todas ellas concluyendo con "sí
mismo".
Respecto de la primera parte de la
fórmula cabe señalar que «s'autoriser de»
es una expresión propia de la lengua francesa, que significa «s'appuyer de» (apoyarse de), «se
prévaloir de» (prevalecerse de),
«se recommander de» (recomendarse de), donde la preposición utilizada es
siempre “de”. Por lo tanto, la
traducción correcta es "se autoriza de". Veremos más adelante a qué finalidad responde la
sustitución de la preposición “de” por la preposición “por”, como hace Esperanza en estas traducciones de “Otros escritos”
(o por las preposiciones “para” o “a”, que se pueden encontrar en otras
traducciones y versiones).
Por su parte, la sustitución de "él
mismo" por "sí mismo", quedaría convalidada
y sancionada por estas nuevas traducciones de Esperanza en “Otros escritos”, tanto en el caso de la
"Proposición…" (página
261), como de la "Nota italiana" (páginas 327, 328 y 329) y de
“Televisión” (página 557)
"Si mismo", en
francés, es "soi même", que no es lo que escribe Lacan. No es
lo mismo el pronombre reflexivo "soi" que el pronombre de la
tercera persona "lui". Si decimos "sí mismo"
entonces todo gira en torno a la "persona" de aquél que se pretende
analista, es decir, quien "se" considera, a "sí mismo",
como tal. Recordemos que "sí mismo" es la expresión que suele usarse
en psicología como equivalente de los términos "Selbst" en
alemán y "self" en inglés.
Si el analista se autorizara por
"sí mismo ", entonces no tendría sentido la aclaración que
Lacan agrega en la “Nota Italiana”,
cuando señala que su tesis no implica "que cualquiera sea analista"
porque, "en lo que ella [la
fórmula del principio] enuncia, es del analista de lo que se trata, ella
supone que lo haya"[14]
(subrayado mío). En francés es "… en
ce qu’elle énonce, c’est de l’analyste qu’il s’agit, elle suppose qu’il
y en ait"[15]
(subrayado mío).
La tesis de Lacan es, en cierto
sentido, "circular", como tantas otras "definiciones" suyas,
por ejemplo, la del significante: "un significante es lo que representa
a un sujeto para otro significante". La fórmula del principio diferencia
dos "analistas": el que se autoriza y aquello en lo que se autoriza[16].
Hay un "analista", el primero, el que se autoriza, para el que vale
"el" ("el analista"), y otro, segundo (en lo que el primero
habrá de autorizarse), para el que vale "ello" ("que lo haya"). Es necesario que
"haya" analista para que "el analista" pueda autorizarse
como tal. El que "haya analista" es la fórmula que Lacan
introduce en el seminario XV del "acto analítico": "'il y a du psychanalyste", donde el
"du", no es la contracción
de la preposición "de" y el pronombre "el", en
"del", sino un artículo partitivo, que es una figura del francés que
no existe en castellano. Ese artículo partitivo siempre acompaña a sustantivos
que no serían medibles. Lacan dice "du psychanalyste" como se
dice "du pain" (pan) o "du fromage" (queso),
es decir, como una partición de esa referencia (aunque la manera de obtener
"du psychanalyste", obviamente, no sea la misma que la
requerida para obtener "du fromage"). Dicha partición indica
que, del mismo modo que a partir de "du pain"
("pan") no obtenemos forzosamente "un pain"
("un pan"), la autorización del analista no hace de este un
"uno", es decir, "un" psicoanalista. El partitivo efectúa
en la lengua lo que Lacan inscribe en la lógica con el no-todo[17] .
En otros términos, por esta misma relación de autorización, el analista es
"no todo" analista, o lo que es lo mismo, no es "un"
analista. Si “el analista” primero se reflejara en “si mismo” estaríamos
configurando la idea de "un" analista, lo que conlleva la pertenencia
a una supuesta clase, para el caso, la de los psicoanalistas. De ese modo, en
un solo paso quedan asociados la identidad – ser psicoanalista – y la
pertenencia a la institución garante[18] .
En cambio, la tercera persona expresada en “el mismo” establece los límites de esa “mismidad”.
Se comprende, también, la solidaridad
del cambio de la preposición “de” por
la preposición “por” en las traducciones de Esperanza, con este deslizamiento
desde “el mismo” hacia “si mismo”, prefiriendo el carácter
instrumental de la segunda al carácter material de la primera.
Acerca del “entusiasmo” en la
"Nota Italiana"
(“Otros Escritos”, páginas 327 a 332)
·
Página
329: "Es lo que el analista ha debido al menos hacerle
sentir. Si él
no lo ha llevado al entusiasmo…" (subrayado mío)El texto en
francés, en la edición Seuil[19],
es «C’est ce que l’analyste a dû lui faire au moins sentir. S’il n’en
est pas porté à l’enthousiasme…
» ("Note italienne", en
" Autres écrits", página
309) (subrayado mío)
Vayamos por partes. Comencemos por la
segunda frase de esta cita.
Existe una traducción anterior de la “Nota Italiana”, de Carmen Gallano y
Vicente Mira, publicada originalmente en "Fascículos de psicoanálisis": "La Escuela a ojos vista", Coloquio Uno por Uno, Madrid, 17
Noviembre 1990, Editorial Eolia. Dicha traducción[20] (que
circula desde hace años, con la correspondiente autorización de Jacques-Alain
Miller), reza así: "Si ello no le lleva al entusiasmo…"
(subrayado mío)
Y también tenemos una tercera
traducción, que es la que se ha incluido en la edición argentina del libro de
Colette Soler “Los afectos lacanianos”.
Luciano Lutereau y Agustín Kripper, bajo la supervisión de Pablo Peusner (y
supongo que también de la autora) han optado por la siguiente forma: "Si
no es conducido al entusiasmo…" (subrayado mío), con
la siguiente aclaración en nota a pie de página: "Lacan, J., "Note
italienne", en "Autres écrits", op. ci., p. 309"[21],
es decir, toman nota de la referencia original del francés. ¿Por qué los
traductores de Colette Soler prefirieron innovar con "es conducido"
en lugar del "lo ha llevado"
o "le lleva"? No parece ser un simple "error"[22],
puesto que el supervisor, Pablo Peusner, conocía muy bien la versión de Gallano
y Mira[23].
O es una decisión consciente, o un lapsus político[24].
Como lo señalé en mis subrayados, en
el texto en francés hay un "en" ("s’il n’en est
pas porté…") que es completamente omitido en el libro de Soler ("si
no es conducido…."), y que es traducido de modos diferentes por
Gallano-Mira y por Esperanza. Los primeros traducen utilizando el pronombre
neutro "si ello no le lleva…". En cambio
Esperanza prefiere darle carácter masculino a dicho pronombre: "si él no
lo ha llevado…". ¿A qué o quién refieren ese "ello"
(Gallano y Mira) o ese "él" (Esperanza), que Soler directamente
omite?
Esto nos remonta a la primera frase,
donde nos esperan nuevas sorpresas. La edición Seuil de "Autres écrits"
modificó el texto original (o que considerábamos como tal hasta entonces). Como
señalamos más arriba, en la página 309 podemos leer: « C’est ce que l’analyste a
dû lui faire au moins sentir » cuando, desde su primera
publicación en 1978 (en « Lacan en
Italie») hasta ahora, en las diferentes publicaciones de la "Note
italienne" siempre había figurado lo siguiente: « C’est ce que
l’analyse a dû lui faire au moins sentir ». Así figura también
en la versión que ofrece el sitio de la EPFCL (ver aquí) así como en el "Pas tout Lacan" de
la école lacanienne de psychanalyse (ver aquí).
De hecho, así es cómo fue tomado en la traducción de Gallano y Mira (autorizada
por Miller) desde 1990: "Es lo que el análisis ha
debido, al menos, hacerle sentir"[25].
¿A qué se debe esta modificación del
texto de la carta de Lacan en "Autres écrits"? Si solo se trató
de una "errata" en la versión francesa, ¿por qué los traductores al
castellano de la edición Paidós de "Otros escritos" no la
hicieron valer como tal[26] ,
y en cambio la han tomado por válida, escribiendo: "Es lo que el analista ha
debido…" (página 329 de “Otros escritos”)?
Si (como Lacan indica en el párrafo
anterior) para saber "ser un desecho" (“rebut”)[27],
el analista "debe haber cernido la causa" de su "horror
de saber", es evidente el contrasentido que implica decir que eso sea
lo que "ha debido, al menos, hacerle sentir" su "analista" en lugar de su
"análisis".
Escribir "analista"
implicaría una común medida entre "la causa de su horror”, del
analizante, y la de su "analista" (amén de la pregunta que surgiría
respecto de cómo un "analista" podría "hacerle sentir"
cosas a sus analizantes). En cambio si, como escribe Lacan, la "causa"
que "debe haber cernido" es la de "su horror, del
propio, el suyo, separado del de todos, horror de saber"[28] ,
entonces eso es algo que solo puede correr por cuenta de su "análisis".
Paradójicamente, el forzamiento, en la
edición castellana del libro de Soler, de traducir "conducido",
a pesar de ser anterior, cronológicamente, a la edición Paidós de "Otros
escritos", se alinea cabalmente con las implicaciones de la
modificación que ahí se hace de la frase anterior. En efecto, si es del "analista" de quien depende que el
analizante "sienta" que es un "desecho", y así alcance el "entusiasmo" (que atestiguaría su conversión en analista), el
verbo "conducir" resulta muy adecuado para dar cuenta de esa
operación. Y la omisión lisa y llana del "en" francés es tanto o más "conveniente" que el
forzamiento al que se ve obligada Esperanza con ese masculino "él" del pronombre de tercera
persona
·
Página
328: "No-todo ser que habla podría autorizarse a hacerse analista.
Prueba de ello es que el análisis es ahí necesario, aunque no es suficiente" (subrayado
mío)
En francés dice «Pas-tout
être à parler ne saurait s’autoriser à faire un analyste. A preuve
que l’analyse est nécessaire, encore n’est-elle pas suffisante»[29] (subrayado
mío).
Gallano y Mira ya habían percibido que
no es lo mismo decir « faire un analyste » que « se
faire analyste », que es lo que correspondería a la traducción que
propone Esperanza, y por eso se atuvieron a una traducción más literal: "hacer
un analista"[30].
Ahora bien, la introducción de ese "se"
reflexivo en la traducción de Esperanza no cae del cielo. Es la consecuencia
directa del modo en que traduce la fórmula de la autorización del analista, que
aparece unos renglones antes, y que hemos comentado más arriba.
El psicoanálisis. Razón de
un fracaso
(“Otros escritos” páginas 361 a 369)
·
Página
361: “Una pizca de entusiasmo (…) acogió
esas palabras que fueron entonces
tan desleídas que la espátula no las abandonó más por diez
años”
En francés
figura: « Un rien d’enthousiasme (…)
accueillit ces propos qui en furent
si gâchés là, que la gâche ne les quitta plus pour dix
ans » (página 342 de « Autres écrits »)
En el término “espátula”, Graciela Esperanza
coloca una nota a pie de página donde señala: “Juego de palabras entre el verbo “gâcher”, una de cuyas significaciones es “desleir” o “diluir”, y “gâche”, “espátula, instrumento que puede
usarse para este fin”. Véase la nota n° 2
de “Alocución sobre las psicosis del niño”, página 389 de este mismo volumen”.
Es evidente que hay un juego de
palabras. También es cierto que uno de los significados asociados a “gâche” es
el de espátula (“Sorte de spatule dont se
servent les pâtissiers”, “especie de espátula que utilizan los
pasteleros”). Y también es cierto que uno de los sentidos asociados a “gâcher”
es “diluir” o “desleir”: “délayer (le
plâtre, le ciment, le mortier) avec de l'eau”. Con lo cual Esperanza transforma un juego
fonético en un juego semántico. Pero ¿son esas las referencias implicadas en el
juego? Obviamente, la discusión es una cuestión de interpretación.
Ahora bien, para cualquier oído, “la gâche” ya es en sí un juego de
palabras (antes mismo de cualquier asociación con “gâchés là”), puesto que es homofónico de Lagache, uno de los
fundadores, con Lacan, en 1953, de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (en
ruptura con la Sociedad Psicoanalítica de París, miembro de la IPA), pero que
luego negoció con la IPA la llamada “excomunión” de Lacan, y con quien se
plantearon rápidamente (en 1958, en el congreso de Royaumont) diferencias en
torno a la noción de estructura: "la estructura de que hablamos no
tiene nada que ver con la idea de la 'estructura del organismo' "[31]
sostenida por Lagache. Y justamente, en el párrafo anterior de este juego de
palabras, Lacan refiere a la metáfora y metonimia, para luego, en el párrafo
siguiente criticar la “hipótesis psicológica”[32].
Por lo tanto, podríamos decir que el
juego de palabras que propone Lacan funciona fonéticamente, que la asociación más
inmediata con “la gâche” es Daniel
Lagache, y que los sentidos que más convienen al verbo “gâcher”, antes que
diluir o desleír, serían los siguientes: “Accomplir
négligemment et grossièrement une tâche” (“realizar negligentemente o groseramente una tarea”), “Perdre ou compromettre quelque chose par un
mauvais usage” (“perder o comprometer
algo por un mal uso”), es decir, más bien el sentido de “estropear”.
No encuentro un sinónimo de
“estropear” o una traducción de “gâcher” que permita mantener el juego de
palabras al nivel fonético que exige la fijeza
de la asociación con el nombre propio Lagache. Pero no estoy seguro que
la “espátula” de Esperanza nos permita modelar una torta mejor que estas
eventuales aclaraciones (que ella tampoco pudo obviar ya que tuvo que explicar
la razón de su intento de juego semántico).
Discurso en la Escuela
Freudiana de París
·
Pägina
288: “pongo allí un no analista en perspectiva, aquel que se puede captar …”En francés dice: « j’y mets un non-analyste en espérance,
celui qu’on peut saisir … » (página 270 de
« Autres écrits »)
Encontré en la página 59 (en la nota a
pie de página número 60) del libro de José Attal “El pase, ¿a título de qué?” (traducción de Susana Bercovich) el señalamiento
crítico de la traducción en “Otros
escritos” de “espérance” por “en perspectiva”. Cuál es el sentido de
apelar a esta “perspectiva” en lugar
de la traducción más apropiada por “esperanza”?
(casualidades: la misma palabra que el apellido de la traductora, Graciela
Esperanza).
[1] Ver presentaciones de las ediciones de Epeele
y de Oficio
Analítico
[2] En dicha reedición se indica que la revisión del texto corrió por cuenta del
“equipo editorial de Siglo XXI y Gabriela Ubaldini, siguiendo la edición
francesa del texto integral”, sin explicitar ninguna de las revisiones o
correcciones que se hicieron respecto de las ediciones anteriores.
[3] La propia Gabriela Esperanza refiere que “tampoco estuve, ni estoy sola en esta
empresa, mi amigo y colega Guy Trobas aceptó, por pedido de Jacques- Alain
Miller, trabajar conmigo a la par en esta tâche, que desbordó y
sobrepasó ampliamente el simple mote de “corrección”. Ver “Intraducir a Lacan”, revista Virtualia
n° 25, noviembre 2012
[4] La primera traducción al castellano,
publicada por la editorial Siglo XXI, en 1971, estuvo a cargo de Tomás Segovia,
con la supervisión de Juan David Nasio y del propio Lacan.
Recomiendo la lectura del segundo
capítulo ("Pequeña historia de la edición española de los Escritos de
Lacan a través del testimonio de sus protagonistas") del mencionado libro
de Pasternac
[5] Jacques Lacan, “Proposition du 9 octobre 1967
sur le psychanalyste de l’Ecole”, en “Autres Ecrits”, Seuil, página 243
[6] Jacques Lacan figura como autor, vía la
autorización de su “heredero” Jacques-Alain Miller
[7] Acheronta, revista de psicoanálisis y cultura
– www.acheronta.org
[8] Jacques Lacan, "Otros escritos", editorial Paidós
[9] La primer traducción al castellano estuvo a
cargo de Irene Agoff y fue publicada en el primer número de la versión
castellana de “Ornicar?”, en la Editorial Petrel, Barcelona,
[10] Las veces que retoma el principio, como, por
ejemplo, en “Televisión” (página 557
de “Otros escritos”), siempre se mantiene fiel a la formulación dada en la “Proposición…”
[11] Es común la siguiente redacción unificada:
"el analista sólo se autoriza de sí mismo y de algunos otros", como si fuera una cita única. Ver recopilación
de ejemplos en www.sauval.com/articulos/autorizaanexo.htm
[12] Jacques Lacan, "Proposición del 9 de
octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la escuela" (traducción de
Diana Rabinovich), en "Momentos cruciales de la experiencia analítica",
Editorial Manantial, Buenos Aires 1987, página 7
[13] Ver algunos ejemplos en www.sauval.com/articulos/autorizaanexo.htm
[14] Jacques Lacan, "Nota italiana"
, en "Otros escritos", Editorial Paidós, página 328
[15] Jacques Lacan, "Note italienne",
en "Autres écrits", Edition Seuil, página 308
[16] Análogamente para la definición del
significante: hay dos significantes, uno que representa al sujeto, y otro ante
el que el sujeto es representado por el significante anterior. Con lo cual,
aunque son dos significantes, no por ello podrían incluirse en la misma clase
de los significantes.
[17] Ver al respecto Guy Le Gaufey, "El no-todo de Lacan", Editorial Cuenco de Plata
[19] Hay otras versiones, como veremos a
continuación
[20] Está disponible en internet en el sitio
de la EOL
[21] Colette Soler, “Los afectos lacanianos”, Editorial Letra Viva, página 126
Citado
correctamente en la versión francesa “Les
affects lacaniens”, Ed. PUF, página 135
[22] Sobre todo teniendo en cuenta que no se trata
de la traducción de un pasaje de texto de Soler, sino de una cita de Lacan
[24] Ver análisis del mismo en “El ‘afecto’ del analista”.
[26] Claro que, conociendo la actitud sumisa y
disciplinada que los seguidores de Miller han tenido, históricamente, ante
todos los problemas de establecimiento del texto que se han planteado respecto
a los Seminarios, o los problemas de traducción de los "Escritos", no
debería sorprendernos que dicha actitud prosiga, incluso ante alteraciones tan
groseras como esta, de los escritos de Lacan
[27] Aquí también tenemos algunos matices a tomar
en cuenta. La palabra “rebut”, en francés, tiene también un sentido de rechazo
o descarte más fuerte que el que puede asociarse al término castellano
“desecho”. En francés, “rebut” significa también « Action de repousser d'une façon humiliante » (“acción de
rechazar de modo humillante”), « Sans
valeur, bon à jeter » (“sin valor, bueno para nada, o para descarte”),
«Ce qu'il y a de plus vil » (“lo
que hay de más vil”).
Acuerdo
con la traducción por “desecho”, pero creo que este es uno de esos casos en que
valdía una aclaración de este tipo, por parte del traductor
[28] Jacques Lacan, "Nota italiana",
en "Otros escritos", Editorial Paidós, página 329
[29] Jacques Lacan, "Note italienne",
en "Autres écrits", Edition Seuil, página 308
[30] Ver traducción de Gallano y Mira en internet
en el sitio
de la EOL
[31] Jacques Lacan, "Observaciones sobre
el informe de Daniel Lagache", Escritos II, Siglo XXI Editores, página
630
[32] Jacques Lacan, “El psicoanálisis. Razón de un
fracaso”, en “Otros escritos”, Editorial Paidós, página 362
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