BOCA ¿EXISTE LA SUERTE?
POR: Esteban Ruiz Moreno
Fecha 23/04/08
Este Boca, parece que se encontrara en el nido de la suerte, parece que el destino se hubiera puesto de su lado, parece que los dioses del fútbol hubieran puesto en sus manos a este Boca tan desconocido, y a veces tan desdichado. Lo digo porque desde hace un tiempo Boca no inspira ese terror que inspiraba antes: las eras de Bianchi o el “Coco” donde ganaba todo o casi todo lo que jugaba; no, ahora es diferente y existen diferentes factores que nos permitan llegar a esa conclusión, pero el camino, el resultado es otro, totalmente otro…
Este Boca me hace sentir respeto, sí, muchísimo respeto. Quisiera decir que admiro a Boca, admiro los huevos que ponen los jugadores, admiro el amor con el que sudan esa camiseta azul y oro, admiro los resultados que sacan aun cuando es imposible sacarlos. Pero me es necesario decir que antes sentía un tipo de temor, y en la dirección del temor que te enseñan en la catequesis y te sigue resonando en lo inconsciente por el resto de la vida, un sentimiento de miedo y amor; digo antes porque ahora Boca no es eso para mí, no lo es más. Este Boca, a pesar de que tiene a Román, a Palacio, a Vargas, al “Loco”, entre otros, no me inspira ese temor, no me inspira ese miedo.
Ayer Boca caminó por la cuerda floja y como siempre, como casi siempre porque no olvido la final contra ese odioso Once Caldas (odioso porque ese fútbol nunca me gustó en modo alguno), salió adelante, salió indemne, salió vivo. Era gracioso: Maracaibo no le hizo fácil la noche, la Bombonera en todo su trágico esplendor, pero en la otra orilla Atlas, al comando de Brindisi –un conocidísimo de la casa azul y oro–, hizo lo propio y empató con Colo Colo y al mismo tiempo lo despachó de la copa.
¿Suerte? ¿Es que acaso existe la suerte en el fútbol?
La verdad es que no es tan sencillo responder a tal cuestión, pero yo por mi parte pienso que sí, y creo también que Boca tiene mucha suerte de su lado. Al menos sigue en la copa, animando como siempre, hinchando las pelotas como siempre, golpeando como siempre, siendo, como siempre lo es, un anfitrión inigualable…
Fecha 23/04/08
Este Boca, parece que se encontrara en el nido de la suerte, parece que el destino se hubiera puesto de su lado, parece que los dioses del fútbol hubieran puesto en sus manos a este Boca tan desconocido, y a veces tan desdichado. Lo digo porque desde hace un tiempo Boca no inspira ese terror que inspiraba antes: las eras de Bianchi o el “Coco” donde ganaba todo o casi todo lo que jugaba; no, ahora es diferente y existen diferentes factores que nos permitan llegar a esa conclusión, pero el camino, el resultado es otro, totalmente otro…
Este Boca me hace sentir respeto, sí, muchísimo respeto. Quisiera decir que admiro a Boca, admiro los huevos que ponen los jugadores, admiro el amor con el que sudan esa camiseta azul y oro, admiro los resultados que sacan aun cuando es imposible sacarlos. Pero me es necesario decir que antes sentía un tipo de temor, y en la dirección del temor que te enseñan en la catequesis y te sigue resonando en lo inconsciente por el resto de la vida, un sentimiento de miedo y amor; digo antes porque ahora Boca no es eso para mí, no lo es más. Este Boca, a pesar de que tiene a Román, a Palacio, a Vargas, al “Loco”, entre otros, no me inspira ese temor, no me inspira ese miedo.
Ayer Boca caminó por la cuerda floja y como siempre, como casi siempre porque no olvido la final contra ese odioso Once Caldas (odioso porque ese fútbol nunca me gustó en modo alguno), salió adelante, salió indemne, salió vivo. Era gracioso: Maracaibo no le hizo fácil la noche, la Bombonera en todo su trágico esplendor, pero en la otra orilla Atlas, al comando de Brindisi –un conocidísimo de la casa azul y oro–, hizo lo propio y empató con Colo Colo y al mismo tiempo lo despachó de la copa.
¿Suerte? ¿Es que acaso existe la suerte en el fútbol?
La verdad es que no es tan sencillo responder a tal cuestión, pero yo por mi parte pienso que sí, y creo también que Boca tiene mucha suerte de su lado. Al menos sigue en la copa, animando como siempre, hinchando las pelotas como siempre, golpeando como siempre, siendo, como siempre lo es, un anfitrión inigualable…
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