EL CÚCUTA DEPORTIVO, LA LIBERTADORES Y LOS PARACOS
POR: Esteban Ruiz Moreno
Fecha: 8/9/07
Recuerdo un equipo que jugaba de manera exquisita al fútbol, –bueno, como algunos equipos colombianos, cuando no les da miedo–: la defensa férrea en su marca, un equipo que tocaba la pelota y siempre para adelante, un excelente equilibrio entre las líneas del equipo, una poderosa marca en la mitad del campo, un ataque de mucha movilidad y contundente definición, juego vistoso y agradable, y la pasión de entender que un equipo debutante (confieso que a veces me invade este sentimiento y no sé por qué demonios, de alentar a los pequeños, como era el Cúcuta en ese tiempo) llegara a las instancias semifinales del evento más grande que tuviera esta tierra olvidada, y no pretendan preguntar olvidada por quién, de esta tierra donde se encuentra el mejor fútbol del mundo, los jugadores más apasionados, más brillantes, más impactantes, en resumen: esta tierra sudamericana.
La verdad hasta aquí no habría ningún problema, pero hace algunas semanas, la revista que lleva el mismo nombre de la situación temporal, sacó un artículo denominado: “Fútbol, narcos y paras” (haga clic aquí para leer artículo), donde se hacían denuncias sobre la filtración o, más bien, la corrupción generada por los dineros y no sé qué más ardides de los paramilitares en el fútbol colombiano. Simplemente estoy haciendo un recuento porque a los colombianos nos gusta olvidar con demasiada facilidad las cosas. A Semana se le olvidó mencionar a un equipo: Cúcuta Deportivo.
Este no es un apólogo de mi denuncia y mi antipatía por el Cúcuta, y entiéndase que mi antipatía no se da por el equipo, sino por lo que está detrás de todo este teatro infernal. Cuando la gente se reunía en sus casas a mirar los partidos de la flamante revelación del Torneo Continental – Copa Libertadores de América; cuando la gente se desvelaba por este equipo que hacía renombrar internacionalmente al país, –como si nuestro nombre no fuera renombrado y no precisamente por ese maravilloso deporte que es el fútbol; cuando todos los comentaristas y periodistas deportivos hacían cálculos para pasar a la final, cuando los mismos colombianos estaban soñando con pasar a la final y ser campeones; cuando todo esto pasaba en Cúcuta cierto alcalde de dicha ciudad cálida tenía extraños vínculos que comprometían, no sólo su alcaldía, sino también todo lo que estaba alrededor.
Entiéndase por esto al Cúcuta amado de los colombianos...
Lamentablemente, en la locura general de las personas que se embobaban con cada partido, la gente no pudo entender qué era lo que se entramaba en las bambalinas de este circo maldito. Recordemos que el principal apoyo del Cúcuta era la Alcaldía de Cúcuta y pensemos en los días pasados donde la Fiscalía profirió orden de captura en contra del alcalde de Cúcuta Ramiro Suárez Corso por nexos con paramilitares con un agravante que revela la más vil y monstruosa conducta del mandatario, está siendo sindicado por homicidio del abogado Alfredo Enríquez Flórez, un hombre sindicado de ser auxiliador de la guerrilla en la región. Según las informaciones el panorama se complica, porque al parecer la orden de asesinar a sus rivales en la zona, los cuales podrían dañar su campaña, la dio él mismo; segundo, porque parece que sigue manejando la ciudad desde la cárcel; y tercero, porque también parece que está involucrada la Policía de Cúcuta. (Sólo como paréntesis, tomemos el parece por es y nada más).
En determinado momento los periodistas deportivos, esos detestables seres, exaltaban a la Alcaldía de Cúcuta porque era el estamento que daba los premios más grandes en Colombia con respecto a equipos del rentado nacional, era la Alcaldía la que brindaba los mejores premios para el mejor equipo y era la misma Alcaldía la que patrocinaba con muchísimo dinero al Cúcuta (recordemos la propaganda de la Alcaldía en el canal Fox Sports, donde no cualquiera pauta, sólo como una nota al margen). Si los premios eran los mejores y la Alcaldía de Cúcuta tiene fuertes conexiones con los grupos al margen de la ley, en este caso los paramilitares, era este dinero maldito, el que sustraen de la extorsión, de los robos, de los asesinatos, del narcotráfico, de las intimidaciones, de los apoyos encubiertos del sector ganadero, de los secuestros, era este dinero el que apoyaba al Cúcuta Deportivo, era éste el que daba los mejores premios para el mejor equipo y el mejor patrocinio, para el equipo debutante que se erigiría como revelación en al edición pasada de la Copa Libertadores, era este dinero para otro equipo de paracos.
De todos modos, si esto les parece muy suspicaz los invito a que piensen un poco en las consecuencias de este acto sin precedentes en el país, la captura de un alcalde que aprovechó los nexos que tenía con los paramilitares para asesinar a quien se constituyó como la piedra en el zapato, la captura de un alcalde sindicado de homicidio agravado de una de las ciudades más importantes de Colombia, de nuestra amadísima Colombia.
Si desean, recordemos el año de 2004 donde el mismo personaje fue detenido por los mismos nexos con los paramilitares, pero fue dejado el libertad (¿como siempre nuestra justicia colombiana?) por no tener suficientes pruebas contra él.
Comentarios
bueno... bienvenido a Tr@$hMuTaTiOn!!!
(jeje mi nombre es juan josé, por si no lo sabias)